lunes, 15 de diciembre de 2008

Ahora empieza mi viaje...

Sole despegó ayer para Españay me deja tristeza y miedo como si aún estuviera por partir de Madrid. La Soledad que se acaba de ir me deja una infinitamente mas amarga.
Ha sido mi anfitriona, Lonely Planet de Buenos Aires y de Azul, compañera en la batalla por agotar el Fernet o la Quilmes. Ha sido mi maestra en el difícil arte de armar mochilas, mi consejera y mi lázaro.
De Buenos Aires he visto lo que vine a ver y a disfrutar y que no aparece en ninguna guía turística. He conocido el parque donde jugaba, el piso de su amiga, en la planta veinte de un edificio próximo al suyo, la puerta del edificio donde creció, la casa de su abuela. Me ha presentado a su tía, a sus amigas de desmadre y a los de la facultad. Me ha metido en casa de su madre, elegante señora, apurada por ser mi reino su peor habitación. He podido saber cómo se vive aquí y esto es lo que un turista suele perderse.
En Azul conocí a su familia paterna. Tuve la tremenda suerte de llegar pocas horas antes del cumpleaños de su hermano pequeño y celebrar con ellos su 14 cumpleaños. Por supuesto asado, chinchulines, chorizo y morcilla criolla y bife. Fernet por la noche y paseos. No se me ocurría nada mas que pedir.
Ahora, sólo en Baires, tengo que planificar el resto del viaje. En unos días saldré a Córdoba y de ahí a Iguazú, Salta, Jujuy, Bolivia, Perú, Machupichu incluído, y Santiago de Chile para atacar la segunda parte del viaje por Oceanía.
He pasado unas cuantas noches en el hostel Granados en San Telmo y quise cambiar de zona para conocer mas sitios. El Granados está bastante bien, muy amplio y con gente agradable. En Palermo encontré el hostel Casa Tomada y decidí quedarme al menos una noche y después decidir. En cuanto vi la cama ya tenía decidido que sería la última y después de acompañar a Sole al aeropuerto me metí en mi casa provisional. Los mejicanos cantaban rancheras a dos metros del living mientras un uruguayo le enseñaba, vía YouTube, un concierto de los "no te va a gustar" a un brasileño y un chileno intentaba escuchar algo de una peli en inglés subtitulada. Todo esto sucedía a oscuras, normas de la casa, para no molestar a los que estábamos en la habitación intentando dormir.
El hostel estaba regentado por un argentino peronista, maradonista y devoto de la virgen de los remedios que decidió usar cualquier retal de periódico donde aparecieran cualquiera de los anteriores para empapelar la casa haciéndola de alguna forma temática: Yo dormía en la habitación del fútbol donde, detalle conciliador, figuraban los banderines del Boca y del atlético de no sé qué, rival de este último, así como Maradona en distintas posturas y en diferentes regates. La habitación donde tenía designado mi armario era de tema revolucionario. En este ambiente estaban tanto las fotos de la bella Perón como de su marido en diferentes momentos de la historia. El omnipresente semiperfil del Ché Guevara daba la bienvenida en la puerta y encima del cabecero de una de las camas estaba la foto del cadáver de este, mártir de la revolución, mas macabro no me podía resultar. La virgen presidia el patio de fumadores en un mosaico de azulejos, bonita obra aunque un tanto inútil.
Ahora me he trasladado al Amasoho que queda en Darragueyra con Guemes y que me cuesta 32 pesos por noche (unos 8euros) compartiendo habitación con otros cinco tios. Me voy a tirar toda la tarde planeando el resto del viaje. Ya contaré.

No hay comentarios: