sábado, 27 de diciembre de 2008

Salta...

Las primeras noches en Salta las paso en un hostel que me recomienda un turista al que asalto recién llegado a Salta, era un tipo etiquetado por una gran mochila que no engañaba, que escribía sentado en una mesita mientras esperaba, imagino, su autobús a qué sé yo donde. Me dice, con acento inglés, que él iba a ir al hostal Paila así que, sin mas referencias ni oprtunidades de conseguirlas tenía que confiar en el buen criterio americano, tiemblo. Los hosteles suelen tener cosas en común y alguno que otro destaca por algo. Los he conocido sucios,ruidosos, acinados y hasta alguno agradable pero este además contabacon la figura de lo que creí el dueño de la posada , que dormía como uno mas, aunque muchas mas horas, en el dormitorio. Se aseaba en los baños comunales y se paseaba toalla en cintura henchido por muchos años de cerveza. Su barba y sus formas no me gustaban y la única vez que se dirigió a mi fue para preguntarme, con voz ronca y directa algo asícomo ?que tal Zapatero?, como si fuera colega mio... y siguió diciéndome que lo unico que le gustaba de España era Mondragón ?loconocés? y se va sin esperar respuesta. "Lo conozco" me contesté.

Me cambio de hostel y, siendo dias la natividad del Señor, merecía la pena echar la casa por el hueco del ascensor y pagar 35 pesos por una habitación para mi solo. La habitación del Paila me costaba 20 pesos (4,3 euros) pero estaba dispuesto a pagar un 70% mas por dormir unos dias sólo.



No sé mas de arte que lo que fingí conocer en los diferentes cursos que me fueron aprobando, Nada profundo y en Salta lo que se ofrece es turismo religioso,que llaman. Sin un buen intérprete que me guíe el pensamiento me planto delante de las fachadas de las iglesias de la ciudad y me quedo mirando como las vacas ven pasar el tren. Estilo colonial imagino, aunque aquel comentario era tan pobre y tan soso que no me lleno nada. Estaba delante de una iglesia roja, amarilla y blanca (discretito si) con una enorme inscripción que abrazaba el entablamento de forma que te obligaba a seguir la fachada para poder leerla entera.





El dia 24 diciembre decidí salir a quemar la ciudad, cené pronto, (luego sabré que era mas pronto de lo que creía) me tomé dos cervezas y me fuía la zona de marcha que queda próximo a mi nuevo hogar. La ciudad estaba concentrada en tirar petardos delante de sus casas. Los niños disfrutaban mas cuanto mas grande era el ruido y se sentían apenados cuando la mecha se apagaba sin resultado alguno, no acabo de entenderlo. Hice tiempo y pregunté a un gorila que custodiaba la puerta de un boliche a qué hora se animaría la zona. Hasta un par de horas después me aseguró que no iría nadie, dos horas!!!, pero si eran las 23!!!. Me vuelvo a la residencia, resignado y me pongo a ver la tele sentado en el recibidor mientras el recepcionista celebraba con los de allí su particular noche. Me tragué un recital de Raphael que me deleitó con sus mejores hits: "que sabe nadie", "escandalo" y otros de los que no sé el título consiguieron apagar la antorcha con la que pretendía quemar Salta. Guardé mi camisa arrugada para un mejor momento y me metí en la cama, mi reloj marcaba la 1 y seguía sin haber movimiento en la zona.

Salta queda encajada en un valle rodeado de montañas. Al este está el Cerro de San Bernardo que me ha estado mirando desde que llegué a la ciudad. Hasta la cumbre se puede ascender por un teleférico o andando por una escaleras que te conducen desde la ciudad. Como el 25 no había quedado para comer con nadie pensé que era un buen dia para conocer el cerro. Por supuesto el teleférico no era una opción para mi. Busco las escaleras y termino donde lo hace también el asfalto y comienza una pequeña senda construida por la costumbre. "si hay un camino es que el final es interesante para alguien" pienso, y me adentro por el caminito rodeadode árboles. Pensé que podría haber serpientes y paro de inmediato mis piernas con la esperanza de que la sensatez me siguiera. Como no vino continué evitando ramas y mirando cuidadosamente mis pasos, levantando la vista únicamente al parar, cosas de Boy Scout. Me sentí aliviado alpensar que estoy vacunado contra la rabia. El camino resultó llevar aninguna parte, quizá fuera ese final la sala de curas de los adolescente que juegan a los médicos. Desando lo caminado y pregunto por el principio de las escaleras que me llavarían al cerro. Al llegar un cartel me da la bienvenida: "A la cumbre 1.070 escalones", no me lo pienso. estoy subiendo por un parque natural y la mano del hombre se nota sólo en la construcción de unos escalones cómodos, de amplia e irregular huella, construidas con piedras de la zona. Periódicos murales van narrando el martirio de Cristo, a modo de cómic macabro, desde el despojo de sus vestiduras hasta el descenso de la cruz recibido por María Magdalena (supongo). Cada uno de ellos queda completado por infinitos grafitis a rotulador en los que se declara de forma bilingûe amor de un adolescente "Listsen Pancho: te amo" o se publicita una tienda: "Produxtos Mendoza". Termino de pisar los anunciados 1.070 escalones y descanso, empapado en sudor. El mirador lo preside una gran cruz de madera ultrajada con bajorelieves a navaja y una estatua homenajea a San Bernardo. Me llama la atención un sencillo reloj de sol con una tablade interpretación donde se indica, en función del dia presente, los minutos que hay que sumar o restar a la hora indicada. Casualmente el dia 25 no hay que ajustar lo marcado de forma que la hora que indica esla real del momento. Decido comprobarlo y saco mi teléfono móvil de última generación que me indica las 14:30. Me decepciono con el invento aunque pregunto la hora a un señor que pasea por allí. El hombre, entre extrañado y orgulloso señala el reloj de sol y me dice "la 13:30, ?no lo ves?" y me sañala la sombra reveladora mientras cuenta las rayitas. Un poco avergonzado recuerdo que Argentina no es unánime en los cambios de horario de verano y que en Salta, efectivamente, cuenta una hora menos en sus relojes. A veces hay que subir una colina de 289 metros para descubrir que llevo tres dias viviendo una hora adelantado.

No hay comentarios: