domingo, 7 de diciembre de 2008

Domingo en Buenos Aires...


Los domingos, los del hostel donde me alojo tienen la deferencia de retrasar la hora del desayuno a las 11 de la mañana así que me he levantado sin el estress que supone llegar al comedor antes de que este cierre sus puertas. Terminado el café con bollo y zumo de naranja aproveché que es dia de descanso para echar el dia a los perros y ejercer de guiri.






El hostel queda al lado de la calle Defensa que une la plaza de San Telmo con la de Mayo y coincide que los domingos se instala un mercadillo tipo rastro pero con mucho mas encanto, donde alternan los puestos de artesanía con los de antigüedades, curiosidades y los de "esto me sobraba por casa" que también los hay. Cada pocos pasos se tercia una parada para ver a diferentes artistas que exponen sus performances, titiritéros de desmesurado talento conviven con parejas de argentinos que improvisan una milonga invitando a los presentes a participar del evento. Personajes al uso imitan la estética y las formas de Gardel, micrófono en mano, escondiendo un viejo radiocassette que canta por ellos los hits del argentino mientras pocos metros mas ashá una banda de siete miembros, piano incluido, consigue detener, con un tango desgarrado, a los transeúntes que pese a la admiración, no hacen sonar el bote que precede al grupo aunque sí sus propias palmas, entendiendo quizá que esta noche los músicos se iban a hartar de palmas en la cena.




La comida, como no podía ser de otra forma, consistió en carne, y que carne), del famoso corte argentino: Vacío, con patatas fritas y cerveza 50 pesos (10€) a pagar entre dos.




Seguimos la calle defensa cruzando la plaza de Mayo y nos metimos en la calle Florida, repleta de tiendas de marca que anuncian descuentos y promociones por navidad. Lo de la navidad en verano me va a costar algún tiempo asimilarlo. Me gustaría saber si aqui Rodolfo el reno también tiene la nariz roja y si Papa Noel viene con sus hábitos islandeses...

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